La alimentación ofrece un campo de estudio de enorme interés, pues permite analizar meticulosamente las relaciones entre lo natural y lo social. Las dimensiones socioculturales de “las maneras de comer hoy” nos introducen en la investigación de la historia y la cultura en su sentido más amplio. Conocer los modos de distribución

y obtención de alimentos y quién y como los prepara aporta un conocimiento extraordinario sobre el funcionamiento de la sociedad.

En los años sesenta los gobiernos impulsaron un plan de “sustitución de importaciones” que promueve el desarrollo industrial en muchos sectores, incluyendo el alimenticio. Fábricas de galletas, lácteos, fideos, embutidos, refrescos empiezan a desarrollarse en nuestro país e incorporan cadenas de producción. Inclusive, ocurre una nueva “Revolución agrícola”, los creadores de nuevas razas y variedades altamente productivas, los diseñadores de proyectos de irrigación artificial, fertilizantes, sembradoras cosechadoras multiplicaron las cantidades disponibles de vegetales, legumbres y frutas. Estos cambios llegaron también a las granjas, estas se convirtieron en “cintas transportadoras donde entraban fertilizantes químicos, alimentos procesados industrialmente por un extremo y por el otro salían productos comestibles-o apenas comestibles a escala industrial. La tendencia se acercó a su punto culminante en 1945, cuando se anunció en Estados Unidos el concurso llamado “el pollo del mañana”. Tres años más tarde llegaría la cría intensiva. En combinación con las “vitaminas de crecimiento”, comercializadas desde 1949 y los antibióticos añadidos desde 1950, se llegó rápidamente a la granja avícola de cuarenta mil pollos.

El intercambio comercial, el aumento del consumismo en la sociedad, la incorporación de la mujer al trabajo, la reducción de la fecundidad, el aumento de las comunicaciones, los patrones de consumo impuestos, los programas de cocina, las cadenas comerciales de comida rápida, la tecnología de fines del siglo XX, la televisión, el hecho de trabajar fuera de casa, la refrigeradora, el congelador , el micro-ondas y la brevedad del tiempo para el almuerzo están ocasionando múltiples transformaciones en la vida social y familiar costarricense, y por lo tanto en sus “maneras de comer hoy”.

La comida del costarricense ha variado en las últimas décadas, cuanto de la herencia culinaria se ha perdido?

Este proyecto tiene entonces como objetivo principal de investigación: Recuperar los procesos socio-culturales y económicos que propiciaron los cambios en la mesa costarricense y su relación con los procesos industriales y comerciales en el período 1950 – 2008.

El tema utilizará un abordaje cualitativo, sin dejar de lado ciertos análisis cuantitativos necesarios para la comprensión global del mismo.